PABLO ROMERO MONTESINO-ESPARTERO, IN MEMORIAM

Pablo Romero Montesino-Espartero se despidió de nosotros el pasado domingo…. Solo se que, al ver el mensaje de mi querido Juan José, su hermano, se me cayeron las lágrimas entre jirones. Este obituario bien podría titularse «Llanto por un amigo cacereño…». Su imagen y personalidad se cuajan de tantos segmentos que, mientras escribo, abro a la eternidad el abanico de una saga de intelectuales cacereños de raza: Romero Montesino-Espartero…

Cacereño, intelectual, marino… Extremeño, recio, humanista… De extraordinaria vitalidad.

Cuajado de virtudes desde el ámbito moral… Se no ha ido Pablo Romero Montesino-Espartero, (Cáceres, 1936-2019). Un cacereño de Aquellos Tiempos que, desde nuestra ciudad eterna, dio un salto inmenso a la vida de la mar.

De padres con honda identidad y compromiso cultural, Pedro Romero Mendoza, director del periódico “El Noticiero”, la revista «Alcántara«, cofundador de “La Sociedad Literaria” y el Ateneo, y Eladia Montesino-Espartero Averly, poetisa, autora de cuentos, primera española que voló en un avión, jugadora de tenis, bisnieta del general Espartero, (que fuera Presidente del Consejo de Ministros y Regente), sesenta y cuatro años en Cáceres, invadidos de esa tenacidad de nuevos horizontes, Pablo acariciaba las olas de la distancia con pasión cercana…

Acaso tamizando la brisa de la mar por los atardeceres cacereños…

Estudiaba los parajes y los paisajes de la lejanía en su tiempo cacereño, como todo lo conocía sobre su tatarabuelo junto a su contacto con historiadores de la figura de su antepasado, le faltaba tiempo para compendiar tanta densidad en su carrera del ciclo vital…

En el despacho de uno de los barcos que comandaba.
En el despacho de uno de los barcos que comandaba.

Hace escasos años, desde Badajoz, rodeado de su familia, amigos, del oleaje de sus recuerdos, como deja en su obra «Cartas de la Mar«, me trasladaba su pasión cacereña… Siquiera fuera de forma ensoñadora. Poeta espiritual de la vida…

Un día, en el correr del año 1965, su madre insertó en la revista «Alcántara«, un poema, titulado “Marino”, dedicado a Pablo. Entresaco:

Tú también, hijo mío, lo mismo que tu hermano,

sentiste la imperiosa llamada de los mares,

y aunque eres casi un niño, cruzaste el gran Océano,

llevando así en los labios el sabor de tus lares.

Como no paraba en investigar la semblanza de José Solano Bote, marino, cacereño de Zorita, que llegara a Capitán General de la Armada, retomando los estudios de Valeriano Gutiérrez Macías, gran amigo siempre de Pedro Romero y Eladia Montesino-Espartero, al respecto, mientras me agarro a aquellos chats, de Mensseger, que impulsaba con extraordinaria generosidad, en los que acariciaba a Cáceres con la palabra. Tanto humana como profunda, adobada de unas inmensas sensibilidades que latían por esos silencios de estas tecnologías. Que, entre sus virtudes, tienen que algunos nos podamos comunicar con la reverberación de Aquel Cáceres de los sesenta, de los setenta, que campan en aquellas soledades de nuestras andanzas niñas…

La emoción me palpa y me tiembla al recortar este mensaje de Pablo Romero Montesino-Espartero.
La emoción me palpa y me tiembla el pulso entre desgarros, en el silencio sobrecogido de esta tarde de duelo, al recortar este mensaje de Pablo Romero Montesino-Espartero.

Asimismo, Pablo, mi querido Pablo, también asomaba con una brillantez excepcional por las páginas del periódico “Hoy”, como por ejemplo, su ensayo “Oración por un cacereño”… Una obra de arte entre surcos de pasión por los lomos cacereños desde su residencia en Badajoz…

Al despedirte con este telegrama de urgencia, la esperanza de que la memoria revitalice la obra cacereña de Pedro Romero Mendoza, más allá de figurar en un rótulo callejero.

Siquiera sea, solo por justicia, con la historia y sus personajes, con la saga de su estirpe legendaria que caminan

tantas veces entre sombras,

tantas veces entre glorias,

en, por y entre los latidos de los silencios, solo acompañados y acompasados con el tañido de las campanas de la Monumental Ciudad, ay, entre el florecer de las campas de la tierra inmensa, entre los brazos de la madre cacereña… ¡Santa María, Santiago, San Mateo, San Francisco Javier, San Pablo…

Tecleo de forma desordenada… Me lleva, claro, el imán de las páginas de Cáceres., ahora que escribes desde el mirador de la eternidad. Siento un latido fuerte en mis adentros…

… Es la hora de los adioses…

Un abrazo gigantesco, querido Pablo…

P. D. Baldomero Espartero Alvarez del Toro fue Príncipe de Vergara, Duque de la Victoria, Duque de Morella, Conde de Luchana y Vizconde de Banderas.

 

 

 

 

 

 

Un comentario

  1. Angel Ruiz Cano-Cortés

    En tu imponente dolor, querido juan de la Cruz, te envío mi más sincera condolencia y me uno a tu dolor , elevando una sentida oración a Dios por el eterno descanso de PABLO ROMERO MONTESINO-ESPARTERO.De él cabe decir el Salmo : «In aeterna memoria erit iustus».

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